Las cenizas son la consecuencia última del fuego. El uso de los antiguos hornos de leña hizo posible descubrir el efecto que éstas producen sobre las piezas en combustión, muchos creen que ésta fue la forma en que se descubrieron los esmaltes cerámicos. En muchas piezas anteriores al período Han chino (202 a. C. hasta el 220) ya se observaba un esmalte parcial en la superficie de las piezas producido por las cenizas.
Para los ceramistas es un mundo muy complejo pero no por ello se desiste de su utilización en alguna ocasión. Las fórmulas logradas por unos no sirve para los demás sinó como referencia general. Cada ceramista ha de desarrollar un método de trabajo con cenizas para hallar unos auténticos silicatos estables. La composición de las cenizas suele coincidir con los componentes básicos de un esmalte: De un 5% a un 15% de alúmina, de un 25-65% sílice, 10-15% de potasio/sodio y de un 15-25% de calcio.
Algunas curiosidades:
-El tiempo más favorable para la recolección de la madera o planta es el de maduración de la planta y su fruto.
-Los períodos de crecimiento de la planta influyen grandemente en los óxidos existentes en la planta en el momento de su recolección, así como la parte de ésta de que se trate (tronco, hojas, raiz, ramas, fruto, etc.
-En contra de lo que podemos imaginar, la naturaleza del suelo (ácido o básico) influye poco en la planta a estos efectos.
-Una ceniza de madera ligera contiene más material fundente (potasio, sodio, calcio) que una madera dura.
-Según aumenta el grano y peso de la ceniza, aumenta su refractariedad. Las cenizas vegetales son las mas refractarias, algunas cenizas de arroz contienen hasta un 90% de sílice.
-Una planta, cuanta más ceniza da, más sílice tiene.
-Las cenizas básicas son claras y las ácidas oscuras. Las de árboles en general son básicas, las de hojas, mixtas y las de cereales, ácidas.
Leí hace tiempo que hubo un ceramista que usó las cenizas del granero que se le quemó. El óxido de los clavos, mezclado con la textura, daba una calidad impresionante a las piezas, pero cuando se acabó nunca más se pudo reproducir.
Los esmaltes de cenizas se caracterizan por su rica textura. Por sí sola es demasiado fluída, pero combinada con caolín y feldespato se adapta perfectamente. Una propoción clásica es:
Ceniza.................................. 40
Feldespato potásico........... 20
Caolín.................................. 20
Algunos ceramistas se especializan en esmaltes de cenizas de un árbol o dos en concreto.
Peter Rushfort, por ejemplo, usa la ceniza natural de Pino Radiata (Pinus radiata), también conocido como pino de Monterrey, o con ciprés de Monterrey (Cupressus macrocarpa).
Pieza de Peter Rushfort. 1.280º. Reducción, esmalte de cenizas.
Es frecuente leer en libros y manuales que las cenizas para esmalte se deben tamizar y lavar. Yo personalmente procuro saltarme estos pasos, aparte de ser muy cáusticas en agua (irritan piel y vías respiratorias), si buscamos textura y "huella" inequívoca del uso de cenizas en una pieza, no hay como usarlas "tal cual", a menos que se trate de cenizas ácidas, en cuyo caso al lavarlas ayudamos a eliminar los álcalis solubles.
Las pruebas que he realizado hasta ahora son a base de cenizas de roble sin lavar en busca de esmaltes opacos, mates y texturados, muy refractarios, que puedan llegar a ser aptos para decorar macetas muy rústicas y kuramas realzando así la naturaleza primitiva de este tipo de piezas.
Cuanto mas elevado es el porcentaje de caolín, mas áspero y texturado es el resultado:
A medida que el porcentaje de caolín disminuye, el esmalte se va oscureciendo:
Y si añadimos feldespato potásico, se aprecia como vitrifica:
Los resultados son irrepetibles, lo que hace que cada pieza tenga un carácter único y exclusivo
2 comentarios:
Muy bueno esta entrada y las macetas que muestras hacia el final me gustan mucho. Por cierto tengo por aquí las macetitas de acento que te compreé hace algún tiempo, a ver si les saco fotos y las enseño.
Un saludo
Que bien tenerla de vuelta por aqui Doña Olga..... :D
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