domingo, 8 de marzo de 2009

Qué torpeza... pero qué bonito

En cerámica con frecuencia una equivocación en el pesado de los esmaltes, un pincel aún sucio o un despiste con la temperatura del horno, da lugar a auténticos desastres que nos desaniman a los aficionados, pero a veces, como este viernes, nos encontramos con sorpresas agradables como éstas:























No hay comentarios: